Durante el trayecto aspiré profundo su exquisito aroma, saboree su sal cuando la brisa tocaba mi rostro, otee su horizonte en busca de algún monstruo mítico, afiné el oído para escuchar el canto de sus sirenas y acaricié su superficie para crear un nexo pero no, nada funcionó; el majestuoso Mar Caribe no quiso develarme sus secretos.
Este micro tiene la distinción de haber sido publicado
en el Ecolunes de Microrrelatos al por mayor
organizado por Luisa Hurtado González
y de ser ilustrado por el arte de Amparo Martínez Alonso
La distinción y la suerte son mías de tener tan buenos invitados.
ResponderEliminarUn placer
Mil gracias Luisa.
ResponderEliminarAbrazo fuerte.
El mar siempre guarda sus secretos, ese es uno de sus encantos.
ResponderEliminarUn abrazo!
Así es Juan Luis, por más empeño y atención que pongamos jamás nos los va a revelar al cien por ciento y que mejor, pues como bien dices, es uno de sus encantos.
EliminarRecibe un abrazo de regreso y gracias por pasar.