"No se imagina cuánto la admiro, espero algún día poder llegar a escribir como usted" - le dice la mano izquierda a la derecha.
Ahora sabemos en que acabó esta plática entre manos.
¡Gracias marga!
¡Gracias marga!
Yo también la admiro a usted, siempre ociosa y relajada, eso sí dispuesta a echar una mano (nunca mejor dicho), contestó la mano derecha a la izquierda.